Militante de Ucedé, Presidente de Anses, Intendente de Tigre, Jefe de Gabinete de Cristina Fernández de Kirchner, Presidente del Frente Renovador, candidato presidencial fracasado, aliado de Macri, enemigo de Macri, tercer socio fundador del Frente de Todos, equilibrista en la Cámara de Representantes, «superministro» de Economía, garante de la unidad de un FdT: Sergio Massa, a sus 51 años, acumula una de las trayectorias políticas más radicales y zigzagueantes de la democracia argentina. Este domingo se enfrentará al candidato de la unidad panperonista Javier Mili en una batalla final por el puesto que siempre ha deseado. De «traidor» a «salvador», Massa – fiel a su estilo – afronta la última paradoja de su carrera política: como ministro de Economía de una inflación del 140 por ciento, y al mismo tiempo, el único candidato que puede vencerla es el Partido de la Libertad. Ola. Quienes lo conocen desde hace mucho tiempo coinciden: «Él preparó toda su vida para este momento».
La prehistoria política de Sergio Massa comienza a finales de los 80, cuando era un joven egresado del Instituto Agustiniano, no quiere recordarlo, pero comenzó como militante de la Ucedé: el partido ultraliberal y conservador fundado . Álvaro Álvaro Ashokare y éste vino a restaurar la propiedad nacional luego de la dictadura. Unos años más tarde, intentó crecer dentro de la estructura juvenil del liberalismo, incorporándose al PJ de la mano de Massa Luis Barrionovo y Graciela Camano (este cambio se produjo, como menciona Diego Genude en «El Aripista del Poder», luego de visitarlos un día en su casa de verano en Mar del Plata ver). Con la ayuda de Barrionuevo, Massa se involucra en la campaña presidencial de «Balito» Ortega, junto a otras figuras como Diego Santilli y Horacio Rodríguez Lauretta. En esa época conoció a Malena Calmarini a través de su madre, Marcela Durieu, la presidenta de Buenos Aires.
En 2002, durante la presidencia interina de Eduardo Duhalte, fue designado presidente de Ances: comenzaría a construir su perfil como un joven dinámico y modernizador. En Ances, Massa afrontará un cargo que, años después, reivindicará como uno de los principales logros de su carrera política: casi una decena de aumentos de pensiones sucesivos -ordenados por Néstor Kirchner- y la nacionalización de las AFJP en Boudou en 2008. que le propuso a Amadou. Ese mismo año, Cristina Fernández de Kirchner reemplazó a Alberto Fernández como jefa de Gabinete luego de una crisis en el campo de más de 125 años. Tiene sólo 36 años.
Poco después de asumir como jefe de Gabinete, las primeras señales de desconfianza hacia el kirchnerismo aparecieron durante las elecciones de mitad de período. Néstor Kirchner perdió ese año ante Francisco De Narváez en la provincia de Buenos Aires por dos puntos, y comienza a volar la paranoia de que la derrota en la Casa Rosada se debió esencialmente al corte de la papeleta en Ezeiza, La Plata y tres distritos. Tigre (ganó la alcaldía de Massa en 2007). En ese momento comenzó un coqueteo con la embajada estadounidense, que no se conocería hasta cuatro años después a través de la filtración de WikiLeaks. En una de esas reuniones –específicamente una cena con diplomáticos norteamericanos en la casa de su asesor George O’Reilly, como dice Santiago O’Donnell- Massa atacó a Kirchner, llamándolo «psicópata» y «monstruo».
En 2011, después de amenazar con postularse contra Daniel Cioli para la gobernación de Buenos Aires, Massa se realineó con el gobierno nacional y se postuló nuevamente como candidato a la alcaldía de Tigray en el período previo a la fórmula ganadora. Desde Tigre, Massa desarrollaría su marca y el discurso de seguridad que permearía todas sus futuras candidaturas (incluso la actual, cuya experiencia en materia de seguridad en Tigray fue reconocida por Javier Mille en el debate). A través del contrato con la UTN, Massa instalará cientos de cámaras de seguridad en el municipio para reducir la tasa de homicidios. El modelo será replicado en otros municipios y cuenta con el respaldo del exalcalde de Nueva York Rudolph Giuliani.
En 2013 llegó finalmente el momento de romper con el kirchnerismo. Ese año, junto con «Vasco» de Mendigueren y una base de intendentes de Buenos Aires enojados con el FpV, decidió formar el Frente Renovador Massa y presentarse a las elecciones de mitad de período en el PBA – y ganar. A partir de entonces empezó a marchar rápidamente hacia la presidencia con la bandera de «ley y orden». Estos incluyen a Massa gritando: «Voy a sacar los ñoquis de La Cámpora», y al kirchnerismo cantando: «Si todos los traidores se van con Massa, no pasará nada». En 2015 se postuló para presidente, pero quedó tercero, y no hubo nada más que ver a Mauricio Macri, con quien tejió un acuerdo regional en 2013, coronado presidente.
En los primeros meses del gobierno de Cambiemos, Massa se convierte en representante nacional y garante de la personalidad de Macri. El expresidente lo llevó a Davos en 2016 y lo presentó como «líder de la oposición». Esta alianza no durará mucho. Consciente del desastre al que se dirigía la administración de Macri, Massa comenzó a distanciarse y finalmente se peleó públicamente con Macri cuando bloqueó la posibilidad de incluir a familiares de funcionarios durante un debate sobre la legislación contra el lavado de dinero. Según Graciela Camano, fue el momento en que un Macri enfurecido comenzó a apodarlo «Poco Bueno».
Mientras tanto, en 2019, Alberto Fernández se reúne con CFK y se forma el Frente de Todos para enfrentar a Macri. Massa llega a la presidencia de la Cámara de Representantes y, a partir de ahí, comienza su labor de equilibrista: con la oposición -con la que está aprendiendo a mantener un vínculo bien aceitado-, pero con un frente interno convulso. Forma un vínculo muy estrecho con Máximo Kirchner, quien luego se convierte en uno de los principales garantes de la unidad luego de que este renunciara a la dirección del bloque tras un acuerdo con el FMI. Tras el fracaso de las elecciones legislativas de 2021 y el inicio de una guerra fría entre presidente y vicepresidente, Massa desempeñará un papel importante como mediador (aunque cada vez más alineado con CFK).
La historia, más tarde conocida. Massa se ganaría la confianza de CFK y se convertiría en el «superministro» de Economía tras la renuncia de Martín Guzmán -para el corto mandato interino de Silvina Patakis- y, finalmente, en el candidato de la unidad de Unión Por la Patria. Contra todo pronóstico, el ministro de Economía se perfila como el candidato más popular en las elecciones generales y este domingo afrontará el mayor reto de su (larga y sinuosa) carrera política.
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