Tras la toma de posesión de Javier Mili, el dólar financiero cobró ayer un importante crecimiento. Tanto el dólar MEP como el dólar liquidación en efectivo (CCL) cruzaron los $1.000, marcando la mayor subida nominal desde que asumió el gobierno independentista. El mercado cambiario sufrió el impacto de una prohibición judicial en el capítulo laboral de la orden de demanda y emergencia dictada hace dos semanas.
El movimiento fue una señal de advertencia de las dificultades políticas que enfrentaría el nuevo gobierno en el futuro. La búsqueda de cobertura por parte de los inversores se reflejó sobre todo en la suba del 5% del CCL, que finalizó en $1.050, mientras que el dólar MEP cerró con un alza del 5% a los 1.031. Ambos estaban por encima de un dólar gratis, que todavía era $1005. En los últimos días la distancia entre las distintas cotizaciones ha disminuido hasta valores mínimos, por lo que no sería extraño que hoy corrigiera.
La brecha se amplió al 25% con el dólar minorista y al 28% con el dólar mayorista. Esto revela que no es fácil estos meses Luis «Totó» Caputo Para mantener la estabilidad de la transmisión.
Más allá de las dificultades esperadas y la oposición política que enfrentará Miley, el mercado comienza a tener en cuenta que algunas de las decisiones tomadas por el gobierno al inicio del plan de emergencia presentan algunos problemas. Por ejemplo, una fuerte caída de las tasas de interés ayuda a eliminar los préstamos denominados en pesos, pero al mismo tiempo es una invitación a dolarizar las carteras.
Por otro lado, el banco central también dijo que mantendría «temporalmente» un ajuste del 2% al tipo de cambio nominal para que sirva como ancla antiinflacionaria. Esto indica que este patrón de incrementos mensuales es necesario hasta que el mercado considere los efectos del plan de austeridad fiscal.
Con tasas reales muy negativas (ya que están por debajo de la inflación) y el dólar oficial rezagado después de una fuerte corrección en diciembre, es casi natural que la brecha cambiaria se amplíe. De hecho, la caída de casi el 15% que experimentó el tipo de cambio a mediados del mes pasado fue excepcional y sorprendió incluso al equipo económico, que fue una reducción mucho menor, en torno al 40%.
Más allá de la oposición política y judicial al plan emprendido por Javier Milei, la estrategia elegida desde el punto de vista financiero empieza a hacer ruido entre los inversores. Con tipos reales extremadamente negativos y el dólar oficial subiendo sólo un 2% mensual, es difícil controlar la brecha cambiaria
El entorno internacional tampoco es favorable para el mercado cambiario local. Wall Street abrió el año a la baja, con las tasas de interés a largo plazo en Estados Unidos subiendo y las monedas emergentes en general sufriendo. El tipo de cambio de Brasil subió a 4,92 reales desde 4,85 reales en los dos primeros días del año. El índice del dólar, que se ajusta frente a una cesta de monedas desarrolladas, se apreció a principios de 2024.
Por supuesto, el comportamiento del dólar a nivel local este verano dependerá no sólo de lo que suceda políticamente con el DNU, sino también con el proyecto de ley ómnibus que el gobierno envió para aprobación legislativa.
Uno de los puntos más importantes en este sentido es la aprobación del paquete fiscal, que incluye la reintroducción del impuesto sobre la renta para salarios elevados, la moratoria contra el blanqueo de capitales y la posibilidad de pagar bienes personales durante cinco años antes de la mitad. año. También se propone dejar de lado el movimiento de pensiones y establecer aumentos temporales por decreto hasta que se instituya un nuevo plan de ajuste. Estas reformas buscan mejorar significativamente las perspectivas fiscales y alcanzar el objetivo de equilibrio a lo largo de 2024.
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