Lasso inició el partido, 8 minutos después, tras una falta sobre Bouzat. Tras el gol, el traidor se distrajo y Wallace pareció dominar. Pero a los 25 años, el mejor jugador de Gilli González, Vecchio, pegó en el travesaño y Marinelli avanzó a 1-1.
Los mejores minutos vinieron de Central, que es propensa a los desequilibrios. Claro a los pies del mal definido Damien Martínez.
Las cosas incluso aparecieron en la segunda mitad, pero poco a poco, tras la entrada de Almada, Wallace empezó a manejar el campo y el balón, soportando los escándalos hasta los 34 años, cuando un nuevo infractor lo castigó. Potinelli se zambulló para evitar un gol, la pelota le pegó en el brazo y Lustov dictaminó un nuevo penalti, poniendo a Almada 2-1. Para empeorar las cosas, el guardia rebelde fue despedido.
Fue a Central Dyke, con más ganas que claridad, tuvo sus actitudes. En Welles, Caldames vio rojo por una estafa violenta para Vecchio que animó al equipo Gilly, pero no duró mucho. Martínez Tubu, quien ingresó, también fue expulsado, y con el descuento, Welles hizo el 3-1 a través de Monson.
Así, el equipo de Arroyo se quedó con las manos vacías. O no tanto: hizo un papel decente con un equipo corto y poca experiencia. Con el crecimiento de los chicos, el equilibrio de Vecchio y la posibilidad de algún refuerzo jerárquico, hay algo por lo que estar emocionado en el futuro.
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