El juicio por la obra pública en Santa Cruz continúa este lunes con el alegato de uno de los abogados más vehementes y sólidos, Maximiliano Rusconi. El letrado, junto a Gabriel Palmeiro, defienden a Julio De Vido, exministro de Planificación. Una de las preguntas más salientes de los tres años y tres meses que resultó el juicio – seguido en todas las audiencias por Página/12– es que nadie nombró nunca a de vido: no hubo un solo testigo que le adjudicara alguna indicación, no se exhibió un correo, un chat o alguna evidencia. Es más, se le adjudica el delito de administración fraudulenta, pero realidad quienes tienen la facultad de administrar el presupuesto por el Congreso Nacional son los jefes de Gabinete, no el ministro del área.
Rusconi y Palmeiro darán la vuelta durante dos jornadas, lunes y martes, a partir de las 9.30 horas y, finalmente, a las 15. Será suficiente. El alegato puede seguirse por el canal de YouTube del Tribunal Oral Federal número 2.
Es evidente que Rusconi será uno de los abogados más duros contra los fiscales Diego Luciani y Sergio Mola, quienes se negaron en el momento tras la publicación. Página/12 de las fotos en que Luciani and el presidente del TOF 2, Rodrigo Giménez Uriburu, aparecieron jugando juntos en el equipo Liverpool, en la quinta del expresidente Mauricio Macri. Como se sabe, la recusación fue rechazada y ahora llegó a la Cámara de Casación.
El acusado fantasma
En su acusación contra De Vido, los fiscales pidieron 10 años de prisión por considerarlo organizador de la asociación ilícita encabezada por el vicepresidente y principal partícipe del fraude contra el Estado. Como no se puede esquivar el hecho de que nadie lo haya nombrado en 39 meses de juicio, los fiscales argumentaron que ”su aparente menor visibilidad no puede ser entendida como menor injerencia”.
Un punto que exhibe los vacíos de la imputación es que Luciani y Mola ni siquiera pudieron exhibir alguna orden o instrucción de De Vido a José López, entonces secretario de Obras Públicas, quien apareció sacando bolsas con nueve millones de dólares en el convento de GeneralRodríguez. Sucede que ambos se llevaban muy mal y no afectaron ningún diálogo y más bien eran casi enemigos.
Tampoco hay mensajes, ni chats, ni instrucciones de De Vido sobre Lázaro Báez y el sector energético, que dependían de la planificación, y que se dieron en Buenos Aires. Báez no ganó ni una obra, pese a que se prendió en varios de los concursos, siempre asociado con empresas especializadas.
Julio De Vido, la primera defensa de un oficial nacional
Rusconi y Palmeiro serán los primeros en alegar en defensa de un funcionario nacional. Hasta ahora intervinieron abogados de extitulares de la vialidad provincial de Santa Cruz y del ex delegado de Vialidad Nacional en ese distrito. El caso más esperpéntico fue la acusación contra Héctor Garro, quien encabezó vialidad de Santa Cruz durante apenas seis meses y se le atribuyó defraudación en perjuicio del estado nacional.
Lo concreto es que no hay evidencia alguna de sobreprecios -ni planteó nada así en el juicio- dado que en las muy pocas obras en las que tuvo algo ver no se hizo ninguna pericia, o sea no se verificó ninguna irregularidad. Encima, los fondos salieron de Santa Cruz, no del estado nacional, o sea que resultó imposible la defraudación planteada. Las obras en cuestión fueron revisadas por el Tribunal de Cuentas, la fiscalía de Estado y hasta la justicia de Santa Cruz, sin que se detectera ninguna anomalía.
El abogado de Garro, Mariano Fragueiro Frías, insistió una y otra vez en que los fiscales ni siquiera habían leído el expediente.
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